La Convención Marco sobre el Cambio Climático busca “la estabilización de la concentración
de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias
antropogénicas peligrosas en el sistema climático” y establece una estructura general para los
esfuerzos intergubernamentales encaminados a resolver el desafío del cambio climático.
Reconoce que el sistema climático es un recurso compartido que puede verse dañado por
todas las actividades (incluyendo las industriales) que emiten dióxido de carbono y otros gases
de efecto invernadero (GEIs).
Sin embargo, cuando se adoptó la Convención, los Estados Parte sabían que sus
compromisos no serían suficientes para abordar en serio los problemas del cambio climático.
El órgano supremo de la Convención es la Conferencia de la Partes (COP), que reúne
anualmente a todos los Estados que han ratificado la Convención. En la primera de las
Conferencias de las Partes (COP1) en Berlín en 1995, las Partes pusieron en marcha una
nueva ronda de conversaciones para decidir la adopción de compromisos más firmes y más detallados para los países industrializados. Después de dos años y medio de negociaciones
intensas, se adoptó el Protocolo de Kioto en la COP3 de Kyoto (Japón), el 11 de diciembre de 1997.
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